Se registra inflación generalizada de insumos

Los fertilizantes siguen a la alza

sábado, 23 de enero de 2021

Existe una correlación entre el precio de los insumos y el precio de los commodities como el maíz, la soya, el trigo, la caña de azúcar y la palma de aceite, entre otras materias primas. La teoría económica indica que a mayores precios de un producto habrá más demanda de insumos para su producción. Debido a esto, es probable que el precio de los fertilizantes, entre otros insumos, sigan subiendo durante 2021, lo que representaría un aumento superior al 50%, en algunos casos, en comparación con el año pasado. 

En los últimos meses hemos visto incrementos en los precios de los commodities y de los insumos agrícolas que no tienen precedente. La pandemia, los cambios en las tendencias de consumo de alimentos, la desviación de cultivos para fines diversos a la alimentación, el aumento en el costo de los energéticos y el cambio climático, están produciendo un cambio dramático en el sector agropecuario. 

El mundo enfrenta ya una crisis alimentaria. En muchas partes del mundo están emergiendo nuevos grupos que compiten para obtener toda clase de bienes y entre ellos alimentos de mayor calidad nutritiva, a los cuales anteriormente no tenían acceso. Los altos índices de crecimiento y demanda en países como China, India y Brasil, por citar tan sólo los más importantes, han provocando un cambio importante en el balance de la alimentación mundial. El aumento en el consumo de proteínas, concretamente carne, está propiciando una mayor demanda de cereales forrajeros, lo cual está contribuyendo a un déficit mundial de los mismos con aumentos de precios (Cuadro 1). 


Asimismo, la orientación de la producción agrícola hacia nuevas tecnologías de generación de energía, como los biocombustibles, está desviando grandes extensiones tradicionalmente destinadas a producir alimentos. En muchos países se está incentivando, incluso con subsidios especiales, la producción de estas nuevas fuentes de energía limpias. En los Estados Unidos, una gran cantidad de su producción de maíz se destina ahora a la producción de etanol. En todo el mundo cultivos como trigo, soya, palma de aceite, caña de azúcar, y otros, ya sólo parcialmente se dirigen a la alimentación humana o animal. Se han llegado a indexar algunos de sus precios en proporción directa con el precio del petróleo.

Por otra parte, la recuperación en el precio de los energéticos, incide en forma directa en los precios de los productos ya que el transporte representa hasta una tercera parte de su precio, sin contar que los insumos agrícolas también se ven afectados por el mismo, tanto para su producción como para llevarlos hasta el lugar de consumo.

Como un factor adicional que incide en forma importante en la disminución de la oferta, están la pandemia y el cambio climático que han tenido un fuerte impacto en todo el mundo y que se manifiestan en una disminución importante de superficies cultivables. El mal tiempo registrado en el estado de Texas, norte de Tamaulipas, Coahula y Nuevo León afectó en forma considerable la producción de granos, principalmente sorgo forrajero.

Hoy en día, la presión de la demanda sobre la oferta es enorme. Las reservas de granos están disminuyendo y los precios lo reflejan. Los precios de muchos commodities han subido considerablemente los últimos meses y se estima que esta situación continuará y no sólo en los cereales sino también en todos los insumos del sector, entre los cuales se encuentran los fertilizantes, que han entrado también en un dinamismo alcista, siendo sus costos afectados por muchos de los factores que hemos descrito pero, fundamentalmente, por la reducida capacidad mundial para hacer frente a las necesidades de nutrición vegetal. Los agricultores están compitiendo para obtener las cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio que sus cultivos necesitan. La disminución de reservas de cereales está propiciando un incremento acelerado de la producción, lo que a su vez provoca la necesidad de mayores cantidades de fertilizantes (Cuadro 2).

Los precios de todos los elementos nutricionales están altamente presionados. Sólo durante el mes de enero los fertilizantes fosfatados han aumentado más de 20% y un incremento de más de 42% en el último año. El DAP ha pasado de $486 a $588 dólares por tonelada. La Urea ha incrementado su precio en $80 dólares para cotizarse actualmente en $453/Ton. El fosfato monoamónico (MAP) se cotiza actualmente en $642/Ton. El Nitrato de Amonio se ha incrementado en 16% pasando el UAN 28 a cotizarse en $243/Ton y el UAN 32 en $285/Ton. El fertilizante de inicio 10-34-0 subió un 16% a $512/Ton.

Ante esta situación, países productores de estos insumos, principalmente China y Rusia están adoptando medidas que en lugar de aliviar la situación la están empeorando. Al adoptar fuertes aranceles para la exportación de los mismos propician mayor escasez mundial y ésta a su vez un nuevo incremento de precios que a la postre repercute inclusive en sus propios precios locales que no pueden desligarse de las tendencias internacionales. Rusia ha establecido impuestos importantes para sus exportaciones de cloruro de potasio y de otros fertilizantes en el orden de entre 3% y 8%. El caso de China es mucho más extremo ya que estos han subido en forma exagerada (Cuadro 3).


La situación alimentaria internacional se ha agravado rápidamente. Ya se habla de la crisis de los alimentos y tanto gobiernos como organismos internacionales manifiestan ya su preocupación ante las repercusiones de esta inflación que en muchos países podría presentarse mezclada con una desaceleración del crecimiento económico como consecuencia de la recesión mundial por la pandemia. En muchas partes del mundo se han empezado a registrar protestas de la población ante los incrementos de precios en los alimentos, lo que ha obligado a sus gobiernos a establecer impuestos a la exportación tratando de detener el alza de los mismos. El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), consideró que son cerca de 40 países los que podrían experimentar protestas sociales que pudiesen conducir a severas crisis sociales y políticas si no se encuentra una solución a esta situación.

Muchos gobiernos y también la mayoría de los organismos internacionales relacionados con la economía y con el sector agrícola se han manifestado ya por establecer mecanismos que apoyen la producción y al medio ambiente. Las políticas que se establezcan deberán propiciar la modernización tecnológica y dirigir a los agricultores a aumentar su productividad, aprovechando las ventajas competitivas de cada región o país. La

agricultura sustentabe, la nutrición vegetal y el uso racional del agua, juegan un papel importante en este desafío.

La aplicación adecuada y

ra

cional de fertilizantes significa un incremento en la calidad y cantidad de la producción. El costo de estos insumos, si bien afectan en forma importante la rentabilidad de los agricultores, no representan una parte considerable en el costo total de producción de los cultivos si se compara con los rendimientos que se obtienen, por lo que el conocimiento adecuado de los nutrientes a aplicar, las dosis y en qué momento, es hoy más que nunca una herramienta decisiva para todo agricultor, que le permitirá convertir en una oportunidad el reto que hoy se les presenta. AS

Juan Fco. Gonzalez Nieves

 

 

 

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