lunes, 6 de marzo de 2023
La Agricultura de Conservación o Siembra Directa es conocida y concebida estrictamente como la ausencia de laboreo en el suelo en un marco de rotación de cultivos, manejo integrado de malezas, insectos y enfermedades, reposición de nutrientes y un uso racional y profesional de insumos que en su conjunto reciben el nombre de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Sólo utilizando todas estas herramientas puede considerar una operación agrícola que esta aplicando un sistema de producción rentable de siembra directa de manera sustentable.
La agricultura de conservación es un sistema de producción agrícola que combina la menor perturbación del suelo, deja el rastrojo, es decir, los restos de la cosecha anterior, sobre la superficie y realiza una rotación eficiente de cultivos. La finalidad de esta técnica es reducir la erosión eólica e hídrica, evitando así la pérdida de suelo fértil.
Los residuos de las cosechas anteriores, al permanecer en la superficie del suelo, gradualmente se descomponen y transforman en materia orgánica. Además, su cobertura evita la compactación y la erosión del suelo al evitar el impacto directo del agua de lluvia o riego, además el efecto de cobertura disminuye las posibilidades del desarrollo de las malezas al bloquear el contacto con la luz solar.
“En México, establecer este sistema de producción con pequeños agricultores ha sido complicado, ya que éstos prefieren apegarse a viejas tradiciones”, aseguró el agricultor Pedro Mendoza. Sin embargo, con el sistema tradicional, las cosechas son muy pobres, únicamente satisfacen necesidades propias y no permiten producir más para la exportación o venta.
“Sí es posible hacer las cosas diferentes y producir más con menos,” agregó Pedro, quien también es encargado de la parcela “Pedro Mendoza y Ana Contreras” en donde, por medio de la agricultura de conservación, logró incrementar la producción de maíz en una hectárea de 1 a 13 toneladas en un periodo de ocho meses.
Este sistema es todo lo contrario al sistema tradicional, ya que consiste en no remover el suelo o hacerlo con muy bajo impacto, dejar los restos de la cosecha anterior y rotar el cultivo para evitar que plagas o enfermedades se hagan resistentes.
“Me di cuenta de que es necesario abandonar las prácticas convencionales y adoptar otras sustentables. Invito a los productores a que hagan Agricultura de Conservación; van a mejorar su producción, pero, sobre todo, van a detener los daños que se le siguen ocasionando al medioambiente con el uso excesivo de agroquímicos y las quemas sin control”, comentó el productor cooperante del programa MasAgro de San Juan Chamula, Chiapas, Víctor Artemio Díaz González. El acompañamiento técnico recibido de MasAgro y el soporte científico del programa propician que los productores sean la pieza central en la transición de una agricultura convencional a una basada en el conocimiento, sustentable y climáticamente inteligente.
Desde hace 6 años, Pedro Mendoza se ha encargado de difundir esta práctica entre los agricultores de Puebla. Su objetivo es extenderla a otras entidades de la República Mexicana, por lo que ha sumado a instituciones públicas y privadas para lograrlo como la Universidad de Chapingo, la Asociación Nacional de Agricultura de Conservación A.C. (ANAC), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y empresas de agroquímicos.
El programa MasAgro ya alcanzó un impacto positivo en más de 300 mil productores y más de un millón de hectáreas, resultado de una agricultura sostenible
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) reportó que su programa MasAgro ya alcanzó un impacto positivo en más de 300 mil productores y más de un millón de hectáreas en México, resultado de una agricultura sostenible que despierta el interés internacional.
Maíz en rotación con avena en SLP
Con la práctica de Agricultura de Conservación y uso de variedades de maíz adecuadas y camas elevadas permanentes —arreglo del suelo con material orgánico que permite un mejor aprovechamiento del agua— en lugares determinados se obtuvieron mayores rendimientos y ganancias en la producción (más de 18 mil pesos por hectárea) y se aumentó el carbono orgánico del suelo en un promedio de 63 por ciento.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) destacó lo anterior, con base en un estudio realizado por científicos en la plataforma Soledad de Graciano Sánchez, en San Luis Potosí, uno de los espacios de investigación de MasAgro.
La investigación se publicó en la revista internacional Agronomy, con el título: “La Agricultura de Conservación mejora el rendimiento a largo plazo y la calidad del suelo en la rotación de avena y maíz con irrigación”.
Los resultados del estudio son doblemente relevantes porque benefician al ámbito agrícola nacional y tienen un impacto científico en el mundo, ya que las condiciones en las tierras altas mexicanas —como las de San Luis Potosí, donde se desarrolló la investigación— son representativas de las tierras altas tropicales, lo que significa que la Agricultura de Conservación —que fomenta MasAgro— podría ayudar a reducir la degradación y los problemas de fertilidad del suelo en amplias regiones del planeta.
En el texto publicado se da cuenta que México está generando un impacto científico en el mundo, a través de la investigación colaborativa que promueve MasAgro, y que científicos del Centro y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrollaron un estudio sobre Agricultura de Conservación con resultados que pueden extenderse a otras regiones.
En el artículo, los investigadores del CIMMYT y el INIFAP describen cómo los rendimientos aumentaron con Agricultura de Conservación bajo condiciones de riego, incluso en suelos de mala calidad; se trata de una práctica sustentable que puede mejorar la calidad del suelo, tanto que, aún bajo condiciones de riego, se observó un incremento de tres toneladas por hectárea en el rendimiento.
Los especialistas Simon Fonteyne, Miguel Ángel Martínez, Abel Saldivia y Nele Verhulst son quienes realizaron la investigación, en la cual se destaca que la Agricultura de Conservación —sistema basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo y la rotación de cultivos— se ha implementado principalmente en condiciones de temporal, donde ayuda a capturar y retener la humedad, por lo que se consideraba improbable que en condiciones de riego mejorara los rendimientos.
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