Pulverizadores de barras

¿Qué debo tener en cuenta antes de comprarlos?

Jacto

miércoles, 26 de abril de 2023

El uso de máquinas en el campo ha contribuido en gran medida a la ejecución de todas las actividades necesarias para la producción de alimentos, fibras y energía. Cada etapa del proceso productivo –preparación del área para la siembra; implantación de la cultura; manejo de plagas, enfermedades, malas hierbas; cosecha; poscosecha- requiere equipos específicos. Independientemente del tamaño de la propiedad, hay un equipo específicamente diseñado para ayudar a realizar estas actividades.En la producción de cereales se concede especial importancia a los equipos que aseguran la salud de los cultivos mediante la aplicación de productos fitosanitarios o nutrientes: los pulverizadores. El pulverizador es el equipo más utilizado durante la campaña de cultivo, por lo que constituye una excelente oportunidad para optimizar los resultados del cultivo. 

El momento de adquirir un pulverizador

La frecuencia de las aplicaciones, el tamaño del área a tratar y la capacidad operativa de la máquina son determinantes para elegir el pulverizador adecuado para realizar las operaciones en una finca. Para verificar la capacidad operativa, se considera la velocidad de trabajo que el campo permite operar y la longitud total de la barra, junto con el número de horas diarias en las que será posible aplicar (considerando condiciones meteorológicas favorables a la aplicación, turnos de trabajo, tiempo dedicado en desplazamientos y preparación del caldo).

Las tecnologías integradas a estos equipos tienen como objetivo facilitar la operación ofreciéndole al operador algunas facilidades que ayudan, y mucho, en la calidad del servicio realizado. Se destacan las señales de georreferenciación, la dirección asistida, los cortes automáticos de secciones de pulverización, los sensores de posicionamiento de barras, los sistemas eficaces de agitación de caldo, el mantenimiento de la calidad de aplicación cuando se producen cambios en la velocidad de desplazamiento o en la aceleración del tractor, las válvulas especiales para pulverización pulsada, con la posibilidad de adecuación del tamaño de las gotas independientemente de los cambios en la velocidad de la máquina, los sensores para aplicaciones localizadas (malas hierbas).

Tamaño del tanque y barras 

Pulverizadores con tanques de mayor capacidad se prefieren cuando el objetivo es reducir la frecuencia de las paradas para repostar y, a menudo, el tiempo empleado en los desplazamientos. Es importante destacar que el tamaño del tanque del pulverizador debe ser compatible con la capacidad del tractor para arrastrar la máquina en todas las condiciones de la finca, en los desplazamientos y en los puntos de mayor desafío para el conjunto, como puntos con topografía irregular e inclinada. Las barras de mayor tamaño se prefieren cuando el objetivo es aumentar la capacidad operativa del pulverizador, o sea, aumentar el área aplicada por unidad aplastamiento pisoteo del cultivo, debido a la reducción de la frecuencia de rodadas del tractor en el campo. La definición del tamaño de las barras también debe tener en cuenta las condiciones topográficas (regularidad y pendiente de la superficie), ya que las oscilaciones verticales causadas por el movimiento del tractor aumentan el riesgo de que los extremos de las barras choquen con el suelo. La forma y el tamaño de los campos de cultivos también influyen em el tamaño ideal de la barra: cuanto más pequeño sea el campo de cultivo, más accidentado e irregular, mayor será el desafío para las barras más grandes. 

Un pulverizador subdimensionado recurrirá a un uso por encima de los límites operativos adecuados, como velocidad de trabajo muy elevada, presión del circuito de pulverización muy alta, trabajo en condiciones meteorológicas inadecuadas, comprometiendo la calidad de la aplicación, con el consiguiente perjuicio en el control del agente dañino y productividad del cultivo. Además, aumentan las posibilidades de problemas mecánicos en el equipo como consecuencia de su utilización fuera de sus recomendaciones técnicas, lo que se reduce su vida útil. 

Componentes del pulverizador

Desde los primeros pulverizadores utilizados en la aplicación de los productos fitosanitarios hasta los modernos pulverizadores de hoy en día, algunos componentes siguen desempeñando funciones vitales para el pulverizador, como el tanque para contener el caldo, la bomba para presurizar el líquido, las mangueras y los ramales para conducir y distribuir el caldo y las puntas de pulverización, conocidas popularmente como boquillas. Sin embargo, se han añadido varios componentes en el sistema, con el objetivo de remediar alguna deficiencia o mejorar la forma en que se realiza alguna actividad.

La forma de los tanques y el material que los compone se han ido mejorando con el tiempo para optimizar la mezcla y homogeneización de los productos en el caldo, evitar “puntos muertos” de escaso movimiento del caldo y predisposición a la sedimentación, superficies lisas y de baja porosidad, buscando reducir la retención de partículas y facilitar la descontaminación del pulverizador. 

Los sistemas de agitación de caldo, tan importantes para mezclar los productos introducidos en el tanque y mantener el caldo homogéneo desde el inicio hasta el final de la aplicación, han ganado importantes mejoras, con agitadores hidráulicos del tipo venturi de gran capacidad, estratégicamente dimensionados y posicionados para contemplar todos los puntos del tanque, agitadores mecánicos también bien dimensionados y posicionados, con la posibilidad de regular los niveles de agitación según la cantidad de caldo presente en el tanque o de acuerdo con el comando dado por el operador de la máquina. Todo ello para mantener la calidad del caldo lo más alta posible.

Las bombas de presurización del caldo siguieron dos tendencias distintas, una que buscaba una alta eficiencia energética, con gran capacidad de desplazamiento de líquidos, representada por las bombas centrífugas, y otra, que busca una mayor linealidad en el caudal, independientemente de la presión del circuito, característico de bombas de desplazamiento positivo, representada por las bombas de pistón y diafragma. 

El circuito hidráulico, a través del cual el caldo es transportado del tanque a las boquillas, ha recibido algunos componentes. Los filtros de elevada capacidad impiden que partículas mayores alcancen las boquillas y causen obstrucciones. El flujómetro proporciona lecturas precisas de caudal, lo que permite ajustes minuciosos en la aplicación. Las válvulas y los registros dirigen el caldo y regulan la presión y, accionadas manual o automáticamente, permiten modificaciones importantes durante la aplicación. Algunas de esas válvulas son accionan por actuadores que efectúan la apertura o el cierre a partir de información proveniente del sistema de georreferenciación, permitiendo el corte automático de secciones, lo que resulta en un ahorro significativo de caldo debido a la reducción de áreas con superposición de aplicación combinada con la reducción de fallas. Esta tecnología también posibilita aplicaciones puntuales de acuerdo con los mapas preprocesados o a partir de comandos provenientes de sensores de la propia máquina, en tiempo real.

En los cuerpos de las boquillas, las válvulas antigoteo han eliminado el desperdicio y la contaminación proveniente de la pérdida de caldo acumulado en el interior de los ramales después de la interrupción de la aplicación. Los filtros de boquillas, siempre que estén bien dimensionados, permiten la continuidad de la aplicación y se evitan paradas para desobstrucción de las boquillas de pulverización debido a partículas que puedan depositarse en los orificios de salida del caldo. Los diferentes modelos y caudales de boquillas permiten una selección minuciosa en cuanto al tamaño de gotas requerido, presiones mínimas y máximas de trabajo, propensión de gotas a la deriva, uniformidad de gotas, dirección de proyección del chorro y durabilidad de las boquillas de acuerdo con el material utilizado en su fabricación y las condiciones que se dan en el trabajo, como propiedades físicas del caldo y presión de trabajo. 

Algunas otras tecnologías presentes en las boquillas han revolucionado la calidad en la aplicación, como las válvulas que permiten la apertura y el cierre de cada una de las boquillas del pulverizador y reducen al mínimo posible la extensión de las secciones (espaciamiento entre boquillas), lo que permite que la máquina pueda disminuir al extremo las superposiciones y las fallas, además de posibilitar grandes economías de productos en aplicaciones localizadas. Otra tecnología cuya adopción ha crecido en los últimos años es la pulverización pulsada (Pulse Width Modulation – PWM), donde, además del beneficio de apertura independiente de boquillas, se puede cambiar el caudal de cada una de las boquillas sin necesidad de modificar la presión del circuito, lo que favorece el mantenimiento del tamaño de las gotas, ya que estas son muy influenciadas por el cambio en la presión del caldo. 

En los próximos artículos de esta serie que trata sobre pulverizadores de barras traeremos información relativa a las soluciones tecnológicas que llegan a los campos en 2023 sobre Pulverizadores Autónomos, telemetría, sensores y otros componentes tecnológicos cada vez más presentes en las máquinas modernas. También trataremos de algunas configuraciones especiales que a veces no son elementos estándar en las máquinas, pero que pueden marcar una gran diferencia en el día a día de la operación, como el incorporador de caldo, los sistemas de transferencia de caldo, los sistemas de agitación de caldo, los sensores para identificar la presencia de vegetación, los cortes de secciones y las tecnologías para mantenimiento del caudal. También traeremos nuestras impresiones sobre el uso por parte del usuario de todas las regulaciones que la máquina ofrece, lo que puede mejorarse en la definición del tipo de boquilla, presión de trabajo, volumen de caldo por hectárea. ¡Buscamos aportar información útil para contribuir en las decisiones de su día a día! Por: Jacto


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