miércoles, 20 de septiembre de 2023
En el año 2021 la política agrícola de Sri Lanka asumió una estrategia cuyo objetivo apuntaba a una produc- ción de alimentos sin el suministro de agroquímicos, por lo que prohibió la importación de plaguicidas y fertilizantes. La medida se basó en el argumento de que el uso de plaguicidas no generaba un incremento en la producción agrícola y que los agroquímicos aceleraban la infertilidad del suelo, una baja en el rendimiento y la pérdida de biodiversidad.
Con la promulgación de un Decreto, el gobierno de Sri Lanka restringió y prohibió la importación de agroquímicos (incluidos insecticidas y herbicidas) para aumentar la producción nacional de fertilizantes orgánicos como sustituto .
El rompimiento abrupto del suministro de insumos químicos para la agricultura en el año 2021 trascendió en una crisis alimentaria. La producción de maíz declinó 40% un año después, con efectos colaterales sobre la producción avícola y ganadera. La disminución de la producción de hortalizas, frutas y cultivos orientados a la exportación (té, el caucho, el coco y especias), provocó una disminución significativa de los ingresos provenientes de las exportaciones y una inevitable carencia de divisas para restablecer la importación de agroinsumos.
Los efectos sobre la producción de alimentos registraron una caída anual de al menos un 30% en el rendimiento del arroz en todo el país. El rendimiento de la cosecha de arroz cayó a 2.92 millones de toneladas en 2021-22, por debajo de los 3.39 millones del año anterior. El país no experimentaba este bajo nivel de producción desde la cosecha afectada por la sequía de 2017 .
Sri Lanka había sido autosuficiente en arroz durante décadas, no obstante, por la crisis productiva tuvo que recurrir a los mercados internacionales para importar ese grano después de que la escasez de fertilizantes afectara la disponibilidad. En 2022, el país se comprometió a importar 424,000 toneladas (TM). La necesidad total de importación de cereales en 2022 se estima en 2.2 millones de toneladas. En los primeros seis meses de 2022 se importaron más de 930,000 TM de cereales, dejando un requerimiento de importación pendiente de 1.27 millones de TM. Dados los desafíos macroeconómicos persistentes, existe un alto riesgo de que no se cumpla con el requisito de importación restante debido a las limitaciones de divisas.
Según datos de noviembre, y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), los precios de la mayoría de los alimentos tuvieron una tasa de inflación interanual de 70% y estima que el 37% de los habitantes padecen inseguridad alimentaria. Las proteínas animales, los lácteos y las frutas son consumidos menos de tres días a la semana por el promedio familiar. El consumo de lácteos se ha reducido a la mitad desde junio y sigue siendo el grupo de alimentos de menor consumo.
El informe del PMA señala que las plagas y enfermedades, las lluvias erráticas y el clima extremo son problemas que los agricultores están anticipando; por lo que para el ciclo 2022/2023 solo el 48% por ciento de los agricultores planean cultivar la misma área de arroz (principal alimento del país) que cultivaron durante la temporada anterior. Entre los principales desafíos para restablecer la producción agrícola está la presencia de plagas y enfermedades de los cultivos: uno de cada cinco agricultores de Sri Lanka anticipa que la presencia de las plagas sería una restricción para restaurar la productividad agrícola.
Agroquímicos