martes, 23 de marzo de 2021
Históricamente, las mujeres han tenido menos acceso a los activos agrícolas, insumos, servicios y oportunidades de empleo en las zonas rurales en comparación con los hombres. Para romper un ciclo que excluye al 51% de la población mexicana, Cargill México, junto con Heifer International, trabaja para fortalecer la participación femenina en toda la cadena de valor de la agroindustria. Este apoyo se realiza a través del empoderamiento económico de las mujeres. Las organizaciones ofrecen a las mujeres que participan en Hatching Hope y Educampo Chiapas las habilidades, herramientas y recursos necesarios para potenciar su producción, gestión empresarial y vida. Se desafían los estereotipos que suelen frenar su desarrollo y sus voces son incluidas en conversaciones cruciales, pensando en la transformación de las próximas generaciones.
En 2019, Cargill, en colaboración con Heifer International, lanzó Hatching Hope para mejorar los ingresos, la producción avícola y el acceso a la proteína para las mujeres agricultoras y sus comunidades. Hasta 2020, 540 familias habían mejorado sus ingresos y la productividad de sus actividades avícolas.
Para finales de 2021, Hatching Hope México planea impactar a 6.56 millones de personas a través de la concientización y educación sobre la producción, promoción y consumo de aves de corral, con un enfoque en el producto, es decir, el huevo. Esta meta sólo es posible gracias al arduo trabajo de las pequeñas productoras comprometidas con la prosperidad de sus familias, comunidades y negocios.
“Con las capacitaciones he logrado producir 150 huevos a la semana para consumo propio y venta, esto mejoró mi ingreso familiar porque ahora ayudo con el gasto de la familia”, dijo Luisa Martínez Cruz, beneficiaria de la localidad de San Lorenzo Barreras, Oaxaca.
En mayo de 2020, 178 familias recibieron formación en técnicas de producción mejoradas, 58 productores recibieron formación sobre la mejora de la producción y la productividad de las aves de corral, y 32 ya se han vinculado a un mercado fiable.
Otro socio clave en México, Educampo Chiapas, promueve el desarrollo de pequeñas productoras que tienen ingresos de hasta tres salarios mínimos y que subsisten en condiciones de alta marginación. El empoderamiento económico y social de las mujeres genera un cambio en la dinámica de las comunidades y las familias, lo que se traduce en un mayor reconocimiento y en una división de las responsabilidades domésticas.
Valencia Figueroa, participante de Educampo Chiapas en Flores Magón, compartió: “En el último año mi producción y mi calidad de vida han mejorado. Vendemos una parte de nuestra producción y la otra mitad es para nuestro consumo personal. Ahora mi esposo se concentra en el campo y yo manejo las operaciones generales”.
De 2019 a 2020 se han beneficiado 14 comunidades de siete municipios de Chiapas, 194 productores aumentaron su producción en un 150%, de los cuales el 6% son mujeres.
Las mujeres siempre han estado presentes en el campo, con una relevancia activa y protagónica derivada de su trabajo que ha servido para conectar y educar.
Alejandra Ruiz, líder de la red de mujeres de Cargill en México comentó que “Cargill reconoce el papel fundamental que juegan las mujeres en los agronegocios. Cuando las mujeres pueden aumentar sus ingresos, toda la comunidad prospera con ellas, por lo tanto, es relevante que la empresa trabaje de la mano con aliados estratégicos para promover el financiamiento inclusivo, el acceso a los mercados y mejorar sus capacidades técnicas”. AS
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