Preocupación sobre decreto de maíz en México

lunes, 6 de marzo de 2023

La Cofepris será quien tenga la última palabra sobre la entrada del grano transgénico, dice Raquel Buenrostro, titular de la Secretaría de Economía.

Si el maíz genéticamente modificado estadounidense pasa los filtros sanitarios de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no tendrá problema para entrar a México, adelantó Raquel Buenrostro, secretaria de Economía.

Con ello, dijo, se atenderá la inquietud del gobierno y empresas estadounidenses, quienes demandan del gobierno mexicano el uso de un enfoque basado en ciencia en lo relacionado con el decreto de diciembre del 2020 en el que se plantea la prohibición de las importaciones de maíz transgénico para consumo humano a partir del 2024.

Raquel Buenrostro anticipó que en pocos días se publicará un nuevo decreto que, afirma, atiende esta y otras preocupaciones estadounidenses y debería servir para descartar la posibilidad de que se active un proceso de solución de controversias contra México al amparo del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) por imponer barreras injustificadas al grano estadounidense.

“En la nueva propuesta de redacción se puso un artículo que decía que el maíz transgénico iba a tener las evaluaciones de Cofepris con base científica, que es nuestra autoridad regulatoria sanitaria y que podrá trabajar en conjunto con las autoridades sanitarias regulatorias de los otros países. Entonces ahí ya no tendría ningún problema porque ahí ya está la ciencia. Y si ellos demuestran que no hay un daño a la salud, pues entonces se aprobará. Si Cofepris dice que no genera ningún daño, entra el producto”, dijo Buenrostro.

Además, recordó que México también propuso aplazar un año la entrada en vigor del nuevo protocolo de revisión de las importaciones, del 2024 al 2025, pues el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, le comunicó personalmente al presidente Andrés López Obrador que los agricultores estadounidenses requerían de al menos dos años para planear sus ciclos de siembra y cosecha.

A mediados de enero una delegación de funcionarios estadounidenses visitaron México para dar seguimiento a los planteamientos que hiciera en noviembre el secretario Vilsack al presidente López Obrador, sin embargo, al término de la visita el gobierno estadounidense informó que los cambios propuestos por México le habían parecido insuficientes.

“Estos cambios no son suficientes y el enfoque propuesto por México no está basado en la ciencia y todavía amenaza con interrumpir miles de millones de dólares en el comercio agrícola bilateral, causar graves daños económicos a los agricultores estadounidenses y a los productores ganaderos mexicanos”, dijo en un comunicado el 23 de enero pasado.

Raquel Buenrostro admitió que el decreto de diciembre del 2020 tenía oportunidades de mejora, pues la redacción contenía ambigüedades. 

Pero enfatizó que la nueva propuesta surge de una revisión profunda que incluyó mesas de trabajo con todas las dependencias de gobierno que tenían que ver con el tema (Semarnat, Sader, Cofepris, Conacyt y Senasica), además de pláticas con las empresas mexicanas y estadounidenses, y que “todo mundo estaba tranquilo las modificaciones al decreto”.


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