Cosechan en Sinaloa maíz blanco agroecológico y sin glifosato

lunes, 26 de julio de 2021

La realizó la presentación de la Cosecha de maíz blanco de Sinaloa con transición agroecológica y sin glifosato, realizado en el ejido Canán, municipio de Culiacán, en Sinaloa. “Se trató de un paso hacia la producción sustentable, agroecológica y para dejar atrás la revolución verde”, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera.

En el encuentro se realizó la trilla de siete hileras de 14 surcos de maíz sembrado con prácticas agroecológicas (con uso de microorganismos, control biológico y un método que propicia decisiones a partir de la medición de ph, conductividad eléctrica, potencial de óxido reducción y otros indicadores).

El resultado fue de un equivalente a 14.28 toneladas por hectárea, con un costo por tonelada de dos mil 800 pesos, 584 pesos por debajo de un predio “testigo” cultivado con agroquímicos, donde el rendimiento es de 14.7 toneladas por hectárea.

“Estos resultados son un éxito”, refirió el funcionario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural al comentar el cultivo en 600 hectáreas sin agroquímicos por parte del productor Claudio Beltrán. Se hace evidente la viabilidad de cultivar de manera sustentable y saludable en agricultura comercial, de gran escala, agregó.

Las representantes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Aideé Orozco, y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Adelita San Vicente Tello, hablaron del liderazgo que tienen en la coordinación de esfuerzos del Gobierno de México para cumplir y hacer cumplir el Decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020, el cual mandata la eliminación gradual del uso del glifosato, y aplaudieron los esfuerzos que hacen los productores que en Sinaloa y otras entidades cultivan con métodos agroecológicos.

Aideé Orozco dijo que la decisión de eliminar gradualmente el glifosato es punta de lanza, pues existe el reto de descontinuar 140 plaguicidas altamente peligrosos con registro que están prohibidos o no autorizados en otros países, y más de cien fungicidas y plaguicidas de uso agropecuario, forestal, doméstico, e incluso de uso en campañas de salud pública.

“Queremos, dijo, hacer efectivo el derecho a la alimentación, una alimentación inocua y culturalmente pertinente”, indicó.

El Conacyt tiene la responsabilidad de emitir recomendaciones anuales a las autoridades competentes sobre las cantidades de glifosato aceptables para importación mientras se logra la supresión final de este herbicida; asimismo, debe coordinar y aprobar desarrollos e innovaciones para impulsar alternativas sustentables que mantengan estable la producción nacional de alimentos, informó.

Adelita San Vicente recordó que existen 20 demandas de amparo en contra del Decreto presidencial y la Secretaría de Medio Ambiente está afrontándolas. Ya dos de ellas han sido perdidas por los demandantes, Monsanto y el Consejo Nacional Agropecuario.

El productor Claudio Beltrán señaló que desde hace tres años se involucró en la producción agrícola con el modelo Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integral de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI), cuyo sustento es que los productores se adentren al conocimiento de su recurso suelo –que es el principal patrimonio del agricultor— y aprendan a observarlo y medir su condición de nutrientes y otros indicadores de salud y nutrición de suelo y planta, como el ph y la conductividad eléctrica.

A partir de ello, y con el uso de rastrojos, de oxigenadores, de microorganismos, de inductores de resistencia a factores causantes de estrés hídrico, y otros, así como una metodología de monitoreo permanente de plagas, enfermedades y uso eficiente del agua de riego, el productor logra eliminar paulatina o definitivamente la utilización de agroquímicos y de glifosato, dijo.

Destacó que además produce sus propias semillas, con lo cual logra independizarse de las trasnacionales. Previó al evento de este 12 de junio, se realizaron análisis de suelo y planta en sus predios para detectar agroquímicos, glifosato y aflatoxinas y todos demostraron presencia nula de estos elementos, agregó.

“Mi producción de semilla me permitió ahorrar 84 por ciento de costos en este rubro, ya que sólo invertí mil 284 pesos por hectárea, menos que los ocho mil 100 pesos que invierte regularmente un productor. En insumos, mis costos fueron inferiores en 19 por ciento a la agricultura tradicional, pues usé bioinsumos producidos localmente. El manejo integrado del cultivo me permitió reducir un riego al cultivo, ya que sólo se realizaron cuatro de los cinco que requiere la agricultura por lo regular”, añadió.

En el evento Mario Urías y Leonel Ibarra, productores pioneros en Sinaloa del MICI, y el científico Juan José Valdespino, aplaudieron el hecho de que productores jóvenes, como Claudio Beltrán, se animen a la transición agroecológica.

Consideraron que el conocimiento generado con la práctica de ACCI-MICI debe difundirse entre los agricultores del país para dar fin a la revolución verde –que induce el uso de agroquímico sin una responsabilidad sobre los daños al medio ambiente y a la salud humana.

Nacionales

Noticias

© 2024 Editorial Agro Cultivos S.C de R.L de C.V.